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La casa como organismo viviente: así proyecta el espacio exterior la biología sintética

La casa como organismo viviente: así proyecta el espacio exterior la biología sintética

La idea de que la casa se asemeja ligeramente a un organismo viviente a menudo caracteriza nuestra relación con el espacio en el que vivimos: cambia junto con nosotros en el tiempo, a través de la distribución de los espacios, los complementos de decoración, los acabados; son todos elementos que se renuevan a lo largo de una vida y acompañan las diferentes edades de la existencia de quien los vive. ¿Alguna vez has pensado en la dimensión doméstica como en un ser viviente en sentido literal? Las nuevas fronteras de la investigación en materia de biodiseño ya se aproximan bastante a este concepto y en un futuro, no muy lejano, el proyecto de edificios y complementos de decoración pasará por la biología sintética. Insectos, algas, hongos y bacterias podrían ser la materia prima a la que recurrir para obtener soluciones arquitectónicas totalmente verdes. Pero ¿qué es el biodiseño y cómo interactúa la biología sintética con el proyecto? Observemos de cerca este connubio innovador.
 

Biología sintética: el futuro del diseño

La biología sintética representa el punto de unión entre la ingeniería y la biología molecular. Nace como disciplina en los primeros años de dos mil en las facultades estadounidenses de ingeniería biológica y tiene como objetivo la creación de un organismo sintético a través de la reescritura de los circuitos metabólicos y genéticos de los organismos vivientes. El potencial de esta disciplina se expresa al máximo en la realización de nuevos materiales que tienen como característica principal la ecosostenibilidad. El trabajo del bioingeniero se traduce en la creación de formas de vida sintéticas con especificidades sorprendentes: de esta manera nacen compuestos de células de microorganismos capaces de absorber la contaminación, limpiar las aguas o aprovechar la energía solar. Por tanto, el biodiseño apunta a ofrecer al futuro una casa no solo sostenible, sino también capaz de integrarse con el ecosistema en el que se inserta.

 

De la naturaleza al espacio exterior, el paso es breve

Con el biodiseño la naturaleza es la que sugiere nuevos esquemas y modelos operativos, un enfoque al proyecto que va más allá de la arquitectura verde y precisamente en la naturaleza se inspira para crear materiales inéditos y soluciones innovadoras.
Según Alex Ayad, Director del Tech Foresight Practice del Imperial College de Londres, para 2045 nuestra vida cotidiana estará formada por casas con paredes capaces de retener y liberar el calor según las necesidades, por sistemas hídricos que reciclan el agua y por techos que absorben la contaminación. Las nuevas tecnologías reformularán la relación entre espacio interior y exterior llevando la naturaleza y su estructura al ambiente interior y creando una dimensión exterior en continuidad con el elemento verde. Precisamente mediante esta fluidez, los complementos de decoración, los sistemas de iluminación y las pérgolas volverán a la naturaleza, gracias a la innovación de concepto y materiales. Una idea de armonía entre dimensión interior y espacio exterior que, desde siempre, orienta la filosofía de Corradi. 
 
Entre ciencia y calidad artesana ya son varios los proyectos desarrollados que nos permiten vislumbrar en el horizonte el futuro posible del diseño.

 

Del árbol a la mesa, sin pasar por la madera

Uno de los biodiseñadores más creativos es el español Gavin Munro quien, en su finca de Derbyshire en Reino Unido, ha comenzado a cultivar muebles, literalmente. Su idea, que confluye en el proyecto Full Grow, consiste en plantar arces, fresnos, robles y sauces plasmando el crecimiento mediante auténticos marcos. De este modo, la planta se desarrolla adquiriendo la forma que le da el diseñador oportunamente: una silla, una mesa o incluso una pantalla.

 

Del hongo al asiento

Con el biodiseño los microorganismos como los hongos también encuentran un posibleámbito de aplicación. En este tema trabaja desde hace más de diez años el diseñador italiano Maurizio Montalti que ha dado a los micelios una nueva identidad tomándolos como punto de partida para un material innovador, que junta un sustrato lignocelulósico y una biomasa fúngica. La base en la que se enraízan y desarrollan los hongos, está constituida por elementos descartables procedentes de la cadena de producción agroindustrial o de muebles. De esta manera, cobran vida sillas, paneles fonoabsorbentes y baldosas.

 

La luminiscencia de las bacterias

Las infinitas posibilidades puestas a disposición por el biodiseño conciernen también al mundo de las bacterias, es muy consciente de ello la holandesa Teresa Van Dongen que ha conducido su investigación trabajando en el potencial que estos microorganismos pueden desarrollar en el sector de la luminotecnia. Así nacen las lámparas sin electricidad: el proceso se basa en los electrones secretos de la bacteria que, conducidos por un circuito eléctrico ad hoc, se transforman en una fuente luminosa.
 
Un nuevo enfoque al proyecto ya está a la vuelta de la esquina: el espacio interior y exterior estarán cada vez más interconectados y mediante la comunicación recíproca se incorporarán en un flujo cada vez más verde. 
Nosotros ya estamos preparados para observar la naturaleza con otros ojos, dejando que también la biología nos acompañe en el futuro del diseño.

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